Atrévete
El problema con la profesora Potes en la secundaria siempre fueron mis uñas, concretamente el color de mis uñas. Hoy las jovencitas se hacen tatuajes; yo me pintaba las uñas de rojo (sangre de toro, escarlata, pasión...) y yo a que sí, y ella a que no.
En ese entonces teníamos dos opciones: Te hacías pintar las uñas de rojo, o al estilo francés. Las cosas han cambiado desde entonces...si de variedad se trata, encuentras hasta lo que no buscas.
Tengo la percepción de que el paradigma en cuanto a la manicura cambió; antes llamaríamos loba a una mujer que se pintara las uñas de un color -no convencional- inclusive, los decorados en estas, estaban tan mal vistos que solo las mujeres de la vida difícil se atrevían a innovar en ese campo. Nada de dibujitos, nada de estilo francés a lo criollo y mucho menos el arcoiris que hoy en día es frecuente en otras latitudes.
Aplaudo que la industria colombiana se atrevió a importar la moda foránea. Si de lo más deseado en verano fue le vernis Mimosa de Chanel, ¿porque aquí en Colombia y todavía más en el Caribe, no podemos pintarnos las uñas de color amarillo?
Esto es la parte buena del asunto, lo malo es que a pesar de todo lo anterior, yo sigo deseando los inimitables Jade, Particulière, Turquoise y el que ahora me derrite Quartz 525!
Ghem, Masglo, y Jolie de Vogue son solo algunas empresas colombianas lideres en la comercialización de pinta-uñas, que también podemos buscar con éxito en los catálogos de Yanbal o Avon entre otros.
Cortico 1: De las anteriores me quedo con los esmaltes de Vogue. innovan constantemente, son asequibles y como los frascos son pequeños, no se desperdicia el producto. Esto es importante porque las lacas para uñas tienden a secarse.
Cortico 2 La última vez que me pinté las uñas de color azul, mi tío me dijo que eran color "machucón" jajaja
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